Nuestro planeta dispone muchas riquezas naturales. Pero éstas no son inagotables. Antes en los bosques abundan animales y crecían muchos árboles, que nos proporcionaban madera. El subsuelo estaba rico de minerales. Los mares estaban llenos de peces. Pero poco a poco el hombre prescindió de su título del "rey de la naturaleza", la utilizó descuidadamente, sin pensar, para satisfacer sus necesidades y caprichos, olvidando de que todo en este mundo está vinculado entre sí. Agotando minas, talando bosques, cambiando el rumbo de los ríos, contaminando el aire, el hombre llevó la naturaleza al bordo del abismo ecológico.